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lunes, julio 24, 2006

Delirios de persecución?

Sentada junto a ti, recibimos de Sai Baba una especie de concha o caracol, cuyo contenido eran extrañas semillas de algo. El nos mostraba cómo "beberlas", yo con mi impaciencia, tomé una de las semillas y la mastiqué... luego, tras observar las acciones de Sai Baba, inhalaba por la boca aquel aire sin sabor u olor contenido en la concha.

Con la mirada hacia la ventana, me susurrabas que el señor que a lo lejos se veia en aquel patio sentado en una de las 1000 sillas (en espera de la ceremonia), era papa. Te recordé que papá murio hace más de 17 años y que yo misma lo ví en la caja y luego incinerado. Insististe en que era él, asi que yo con curiosidad, antes de que comenzara la ceremonia, hice una escala técnica y corrí escaleras abajo...

Salí al patio y recorriendo ilera tras ilera, ví a aquél sujeto con la ropa de papá, su gabardina obscura y su calvita. Pero cuando veía su rostro, estaba desfigurado, como si hubiese estado en algun incendio o accidente. Recordé entonces que me habías dicho que sufrió un accidente y que lo habíamos dado por muerto.

Me iba aproximando hasta donde estaba sentado. Vi a mi tia y la saludé haciéndome la sorprendida y en ese instante aquel señor se paraba y comenzaba a caminar apresuradamente. Tal vez presintió que lo estaba buscando, así que me despedi brevemente de la tía y me decidí a seguirlo. Me habías dicho que él me ha estado buscando, que me ha seguido por todas partes, porque me extraña y que fui su preferida.

Casi lo alcanzo, sigo apresurando el paso, corro 3, camino 2, hasta que veo el vuelo de la cola de su gabardina dar vuelta a la derecha para subir las escaleras. Se comienzan a escuchar los ruidos de que la ceremonia va a comenzar... entre susurros escucho tu voz, "papá te busca"... camino hacia aquella habitación...

Veo sus pies por detrás de la cortina, me está esperando... sólo escucho su voz, pero oculto tras aquel pedazo de tela susurra con insistencia "Nefer... Nefer"

La garganta rasposa y tubo digestivo con rastros de jugo gástrico me despiertan, recordándome que no debo cenar tan tarde.

***

Anoche mientras tratábamos de pegar ojo, el sensor de movimiento de la sala comenzó a parpadear en el tablero de control de la recámara. Escuché un raro sonido y alerté al faraón, quien entre balbuceos me dijo que sí lo había escuchado. Con reflejos lentos y adormilado, se enderezó, bajó de la cama y dirigió a la sala... hizo su recorrido habitual, pasillo, recámaras, baños, sala, antesala, comedor, cocina... nada. Después de ello, se me hizo difícil pegar ojo y aunque suene absurdo, sentí la presencia de " alguien" en aquella habitación.

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