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jueves, mayo 11, 2006

¿Quién prendió la luz? ¿Baryshnikov?

Todas las noches acostumbro apagar todas las luces antes de ir a dormir, porque si no hay suficiente obscuridad, no me puedo concentrar para dormir. Suena ilógico, ¿cómo que concentrarse para dormir???

Bueno... últimamente no he podido pegar ojo como solía hacerlo, al sentir la almohada. La maldita costumbre de leer o ver tele me han hecho estar despierta hasta la media noche, o tal vez todavía traigo el horario californiano, dos horas menos que el horario central.

Mi ritual consiste en apagar la tele, luz, cierro ventanas, persianas y camino esquivando obstáculos hasta que me doy en las espinillas con la orilla de la cama. Abro las cobijas y me acomodo para dormir. El acostumbrado "ma - uhmm", concentrándome en la respiración hasta que logro caer en los brazos de morfeo.

Despierto a eso de las 3 de la mañana y misteriosamente la luz de la sala está prendida. Desconcertada camino por el departamento, recorriendo la enorme cocina, sala y baño (sarcásticamente, pues mi depto. semanal es un huevo). NADIE. Camino hacia la puerta y los pestillos están puestos y la cadena para asegurar la puerta como medida extra está en su lugar. Apago nuevamente la luz y regreso a la cama.

A las cuatro de la mañana, OTRA VEZ... la luz prendida. Acabo de descubrir o que hay un espíritu chocarrero o que SOY SONÁMBULA.
***

Estamos en un estudio y tengo en las manos pedazos de tela "enhebrados"... al parecer intentaba descubrir las medidas para aquél vestido que tenía que terminar. Llego a un salón vacío y ahí está un señor que sobrepasa los 60. Viejo pero atractivo, me acerco... comenzamos a charlar cuando me empieza a enseñar las cartas de sus admiradoras.

Baryshnikov: Mira, éstas son de las pocas cartas que guardo
Nefer: te llegó la mia?, me encantó la película de White Nights
Baryshnikov: ah sí, aquella película... no sé, tal vez tenga tu carta en alguna parte (en tono conquistador y aproximándose a mí)
Nefer: ah si?
Baryshnikov: (tocando mi mejilla) si...
Nefer: (de nervios y aproximándome hacia él) ok...
Baryshnikov: (murmurando algo que no podía entender, tal vez en ruso) ... a punto de darme un beso

Siento una luz cegadora y abro los ojos... ¡Diántres! ¿qué hora es?, no sonó el maldito despertador, el sol en su plenitud a través de las persianas cerradas, me levanto de un brinco y corro a la regadera, son 7 y media... tengo que estar en la oficina a las 8.
***

1 comentario:

Homero dijo...

ps por ahi dicen que todos los asesinos seriales erans onambulos... ya me dio miedo

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