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jueves, marzo 23, 2006

Tristeza ajena

Anoche salimos en grupo a cenar, el gordo al que de ahora en adelante me referiré a tocino frito, porque está adelgazando, el autonombrado "alemán" y yo. Entre otras conversaciones, llegamos a la de la familia.

El "alemán" no es más que un norteamericano más con infulas de grandeza, que porque tuvo parientes alemanes se siente superior a los demás. Alto y gordo, hijo de alemán e irlandesa nacidos ambos en la tierra del arbusto, vestido y peinado impecable, criticando todo cuanto se le ponga enfrente. Nada es bueno de acuerdo a sus estándares. Y bueno, la conversación se dió un poco de la siguiente manera:

Nefer: ... y tienes hermanos?
"alemán": ... una hermana y medios hermanos... de hecho mi hermana vive a dos cuadras de mi casa
N: oye! que padre!!! la ves seguido?
"a": mmmmhhh... en realidad no me llevo con mi hermana... de hecho mi familia, todos son nacos, white trash, desordenados, cochinos... no me llevo para nada con ellos, mis padres se divorciaron y los dos son unos nacos bla bla bla bla

Nefer y Tocino sin saber qué decir ante tales palabras en tan insensible tono. El "alemán", seguía destrozando a su familia mientras vociferaba. T y yo sólamente volteábamos a buscar algún punto con la mirada fija en alguna parte de aquél restaurante, ante la incomodidad de esos comentarios.

Finalmente, cambió el tema y se diluyó la espesa tensión del ambiente.

Me quedé mirando al plato y pensando en lo que yo añoro a mi familia, y he aquí sentado frente a mí un individuo que no le da valor a lo más preciado... serán "nacos" como él los llamó, pero cada persona tiene derecho a vivir como haya elegido vivir, y eso es independiente al amor por cada miembro de la familia, hayan sido como hayan sido, siempre serán familia.

"a": qué tanto piensas Nefer?
N: ...nada... (unos segundos callada), estoy cansada...

Seguía la conversación en alguna otra frivolidad y mi mente se estancó en aquellos pensamientos, entendiendo al "alemán" mejor que nunca. Con razón tiene esos infinitos complejos de inferioridad, queriendo demostrar a cuanto se le ponga enfrente que él es superior, que tiene el dominio de su idioma sin modismos, que lo que él hace es lo máximo y que todos los demás no son nada... veo ahora la tristeza en sus ojos, la rabia y frustración que lleva dentro.

No cabe duda que me sigo sorprendiendo cuando sigo observando al ser humano. Más conoce uno la historia de cada persona y mejor entiende uno su comportamiento.

1 comentario:

Víctor Manuel dijo...

Sin conocer al "alemán" se ve a leguas que ese rechazo que él demuestra hacia su familia es en el fondo una forma de rechazo a sí mismo. Lo digo porque también lo he visto.

Describiste todo muy bien. Mira que lo leí hasta la última línea.

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